Sobre las emociones y la proximidad

Reconozco que siempre he sido muy de reuniones familiares de mesa camilla y fotografías antiguas. Es uno de los recuerdos que me trae el invierno. Recuerdos de curiosidad por ver quienes aparecen en ellas. Qué hacían. Quienes eran. A qué dedicaban el tiempo libre…

Y… ¿en el futuro?

Hace tiempo ya que las cámaras digitales y los teléfonos móviles cambiaron la manera en la que hacemos las fotos y a saber lo que nos espere pero… lo que a mi me llama mas la atención es la manera en la que han cambiado como las compartimos.

Y eso ya está ocurriendo ahora. La velocidad con la que se visualizan las fotos en una tablet o en un teléfono no se puede comparar con el movimiento lento con el que se pasan. Se visualizan. Y se comentan las fotografías en papel. Si esas de toda la vida. Desde que se abre esa caja de fotos antiguas hasta que se cierra. Es toda una experiencia.

El tacto de una vieja fotografía

El sentido del tacto posee una clase especial de proximidad, cuando una persona toca a otra, la experiencia es diferente. Lo mismo pasa con los objetos. Cuando ponemos en contacto la piel con un objeto también se establece una especie de… toma de conciencia de lo real del objeto. De que esto existe de verdad. Y eso sólo en el medio digital es muy difícil. Y quizás es porque el sentido del tacto se vuelve frío metal.

Sobre las las emociones y la proximidad

Más allá de la tecnología

Durante mucho tiempo se ha buscado en el diseño, en la experiencia de usuario, un enfoque de posicionamiento de marca en sí misma. Desde arriba hacia abajo. Pero, a la vez, estamos dejando de lado las conexiones emocionales. La experiencia de usuario no es una actividad que pueda ir de arriba hacia abajo. Se trata también de una serie de valores emocionales que puedan ser percibidos por el ecosistema humano. Por nuestros usuarios. Por nuestra gente.

Tenemos que trabajar un enfoque humano que vaya un poco más allá de la apertura, de la personalidad, de la personalización y de la transparencia. Como unas reglas de compromiso definidas por sus puntos de contacto, las interacciones y… las conexiones emocionales.

Tenemos que traspasar esa línea y llegar a todos los canales de interacción. Por mucho que establezcamos políticas de experiencia de usuario, de comunicaciones sociales y de todo lo nuevo… Si seguimos viendo las empresas como una marca, como una aplicación de lo mas molona estaremos perdiendo un terreno precioso para crear un ecosistema de personas que interactúan, se comprometen y atraviesan todos los canales que generan proximidad.

Ese cruce entre lo digital a lo físico. Esa manera en la que logremos dar sentido a la marca. Dar personalidad a las relaciones entre una persona y una marca es lo que marcará la diferencia en el futuro. Lo demás son sólo fuegos artificiales.

O eso. O es que me hago mayor.

Publicado mas o menos el 15 de enero de 2013 a las 2:40 am por César García Gascón, archivado en las categorías Diseño, Diseño de interacción, Experiencia de usuario, Personal, UX y etiquetado cómo , , , , . Siéntete libre de comentar un poco más abajo si quieres.

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