De los botones placebo… y otras historias

No sirven para nada, pero están ahí. Bueno, sí sirven, sirven para hacernos creer que tenemos el control cuando realmente… no es así. Los podemos ver en los semáforos. En los ascensores. En el metro…

Los botones placebo son botones que aparentemente tienen una funcionalidad. Pero que, realmente, no tienen ningún efecto. La realidad es que muchos de los botones que encontramos por ahí… están sólo para consolarnos. Para hacernos pensar que el control lo tenemos nosotros. Para proporcionarnos la ilusión del control. Esta ilusión del control, estudiada por Ellen Langer, es la tendencia que tenemos las personas a creer que tenemos el control sobre cosas que, realmente, son incontroladas para nosotros.

De los botones placebo... y otras historias

Más allá del botón pulse para cruzar de los semáforos, el pulsador para abrir las puertas del metro o los botones de los ascensores hay uno que me gusta especialmente y que hace poco volví a ver en un cliente: el botón del termostato.

«Hall of fame» de los botones placebo

Me sacó una sonrisa el ver cómo cada cierto tiempo algún empleado se acercaba a la pared, manipulaba el termostato a su antojo y volvía con una cara de satisfacción que lo decía todo: «ahora si que se está bien aquí».

Desconozco si este sería falso o no, pero muchos de los termostatos en las oficinas no hacen nada, su única intención es que pensemos que hemos modificado las condiciones de temperatura de la oficina. Sólo para darnos esa ilusión de control.

Botones placebo digitales…

Google tiene el botón placebo más usado del mundo. Desde el lanzamiento de Google Instant el botón de buscar ya no hace nada. Pero sigue ahí. Y nos acompañará un tiempo, aunque es ignorado por la interfaz, nos proporciona la sensación de mantener el control sobre la herramienta. Aunque cuando pulsamos el botón no hace nada. Ya nos había devuelto los resultados a medida que estábamos escribiendo nuestra búsqueda.

O… ¿Qué me dices del botón de guardar en Google Docs?, realmente la frecuencia con la que se guarda automáticamente un documento es casi tan rápida como la velocidad de escritura, haz la prueba. Por lo que el botón de guardar se ha mantenido precisamente para eso, para generar la confianza en el usuario, para reforzar la creencia de que el control lo tiene él. Para proporcionarnos esa ilusión del control… igual que cuando nos levantamos de la mesa para cambiar la temperatura de la oficina y realmente no hemos cambiado nada.

¿Alguna idea? ¿Algún otro botón placebo en las interfaces de usuario?

Bonus track

Publicado mas o menos el 30 de junio de 2011 a las 1:24 am por César García Gascón, archivado en las categorías Diseño de interacción, Experiencia de usuario, Usabilidad, UX y etiquetado cómo , , . Siéntete libre de comentar un poco más abajo si quieres.

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